jueves, 12 de marzo de 2009

It's Not Me, It's You (Lily Allen)

Hace ya más de un mes de la publicación del segundo disco de estudio de Lily Allen, y un par de ellos más desde la difusión del primer single de este “The Fear”. Está canción y su vídeoclip, recogen un poco la esencia o el estado de ánimo de Lily respecto a la industria musical. Desde que se hizo famosa ha sufrido innumerables altercados con las prensa. Pero yo quiero adentrarme en otra parte de Lily y su música que me parece mucho más cercana. Si observas a Lily en muchas de las entrevistas y conciertos que pueden verse en Youtube se aprecia que tiene comportamientos bipolarizados, que parece ida en algunas ocasiones o que disfruta mucho de la pose que tanto critica en las letras. Sin embargo, en este disco, la mayoría de las letras (las protagonistas de este álbum por encima de su voz o incluso la producción) hacen referencia a problemas de soledad bastante comunes y a diferencias con el mundo, a sentirse un poco sola y a ironizar sobre temas cómo al eyaculación precoz, el ex –presidente George Bush  o su relación con sus padres. No olvidemos que a pesar de que EMI es su casa de discos, lo que resta un poco de credibilidad a su independencia como artista, Lily se hizo famosa gracias a My Space. Allí publicó, como una usuaria más sus maquetas y ha alcanzado millones de visitas gracias a ella, lo que le hace abanderada de las nuevas formas de difusión y promoción en la música: Lily fue de las primeras en regalar mp3 y ha osado putear a su compañía de discos y a diestro y siniestro en el blog de su myspace. Actualmente, gracias a su teléfono Blackberry y a su Twitter podemos saber lo que hace cada 5 minutos.

Si nos adentramos en el disco descubrimos grandes canciones pop, pegadizas, aparentemente graciosas que esconden sentimientos profundos, miedos, inseguridades y bastantes críticas. Lily se permite tanto la “vulgaridad” de mandar a la mierda a Bush(“Fuck You”), cómo la elegancia de jugar con las palabras de manera sutil para hablar de sus miedos (“I look up The Sun and I look at The Mirror” en “The Fear”). Ha escrito una canción dedicada a su madre, que de primeras es una canción de amor que habla del refugio y de la cotidianidad junto a la estabilidad como remedio a su problemas. Incluso en “Him” desmitifica el poder del Dios de las religiones, haciendo ver que todo el mundo se aferra a ellos en momentos de desesperación, humanizándolo con los guiños que hace a Creedence Clearwater Reviva o hablando de su raza, de sus datos bancarios o de sus preferencias. Habla de manera positiva de su padre (un famoso cómico del Reino Unido) dejando claro que no le debe su fama y que la paciencia le ha unido más a él. En “Everyone’s at it” habla de una manera bastante clara sobre las drogas, desmagnificando el mundo que existe alrededor de ellas. Todo el mundo las toma, está en las mejores y en las peores casas y no es divertido poner mierda en las narices a pesar de que lo parezca, dice ver Lily Allen.  En una de las canciones más divertidas del disco, “Not Fair” habla de un problema prioritariamente de índole femenina en las relaciones sexuales, extrapolándolo al equilibrio en una pareja. Para Lily, el sexo es bastante importante y se queja abiertamente de tamaños, velocidades y afectividades en muchas de sus canciones. “22” y “I Could Say” pasan más desapercibidas al tener cierto tono ñoño y adolescente.  “Back to the Star” habla de la competitividad entre amigos y “Never Gonna Happen” es una graciosa manera de dar calabzas aunque la canción es un poco flojita. Uno de los temas más tiernos es “Who’d Have Known” donde Lily refleja la ilusión y los miedos de una nueva fase de enamoramiento.

En lo musical, una producción muy de “maquinitas”, canciones pop con sonidos electrónicos. Nada queda en este disco de aquellos samplers Reggae y los ambientes Ska de algunos de sus primeros hits (“LDN” o “Smile”). Poca innovación en este sentido, aunque con un acabado muy compacto dando estilo y homogeneidad al sonido completo del disco.

Lo mejor de Lily Allen en este disco es que se presenta como una chica joven y normal con voz y voto para hablar de temas que le conciernen, dejando ver lo especial de lo cotidiano e ironizando sobre las grandes tragedias sentimentales. Algo que aparentemente es todo un producto exitoso de EMI y que no deja de hacerte sentir especial y de repetirte a ti mismo “Es exactamente lo que yo hubiera dicho”. Un disco para identificarse y sentirse bien. Divertido, fresco y accesible.